lunes, 5 de noviembre de 2012

la noche en la que (por fin) pude volar

Pocas veces tienes la ocasión de asistir a un espectáculo irrepetible, muy pocas, pero ayer ocurrió. Conozco todas sus canciones y me habían hablado de sus directos pero nunca me hubiera imaginado que fuera así. Neil Hannon es como de otro mundo. Con mi misma edad, ya es el autor de al menos una docena de los mejores temas de toda la historia de la música pop. Allí estaba, un chico flacucho y con pinta de no haber roto un plato en su vida. Y comenzó su show...él quiere ser un dandy y dar una imagen sofisticada...pero es todo mentira.. todo. Es ese irlandés borracho que te cuenta mil historias sobre su vida. Algunas te las crees y otras no..pero las cuenta tan bien!. En esa escasa hora y media jugueteó con sus canciones como si fuera un niño, sin apenas darles importancia hasta que caes en la cuenta de lo bonitas y bien construidas que están. Algún que otro compositor famoso mataría por uno sólo de sus temas..uno de esos que te enseña socarronamente, mientras te cuenta un chiste y le da un trago a un botellín de mahou. Increible. Fueron sonando todas, perfect lovesong, everybody knows, generation sex...y cuando llegó the summerhouse, casi me echo a llorar. Tocando sólo ese piano de cola, la melodía parecía posarse en los objetos y en las cabezas de la gente...a mitad de la canción, me doy cuenta de como, la parte del oboe que la hace tan mágica, es tarareada por una amiga (a la que quiero mucho) y que está sentada a mi lado. No hay presupuesto para orquestar esa maravilla....pero da igual, la canción está ahí...viva, como esos recuerdos de los que habla. No lo olvidaré jamás.

Fui feliz y me olvidé de todo . Y luego grité "quédate, no te marches"... ojalá me hubiera hecho caso...porque ayer por la noche la crisis, el paro y toda esa mierda no existían..sólo todos esos momentos agradables que vivimos alguna vez y que sólo existen en sus canciones.

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